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La imprevisibilidad del clima en Nicaragua dificulta que las comunidades rurales sepan cuándo sembrar sus semillas. Los cultivos no pueden prosperar en suelos demasiado áridos o demasiado húmedos. Sin dar tregua alguna, los huracanes, los deslizamientos de tierra, las sequías y las inundaciones han azotado Nicaragua, uno de los países más afectados por el cambio climático según el Índice de Riesgo Climático Global de Germanwatch.
Basta viajar a las montañas del norte del país en la región cafetalera de Jinotega para ver el impacto. Las fincas de café, una industria que emplea un tercio de la población trabajadora de Nicaragua, yacen en ruinas con arbustos arrancados, campos inundados y bayas verdes caídas tras el paso de los huracanes categoría 4 Eta e Iota, que tocaron tierra nicaragüense en noviembre del 2020, uno tras otro, en un período de dos semanas.
La Cuculmeca, una organización comunitaria en Jinotega, está experimentando estos impactos de primera mano y respondiendo a este desafío, capacitando a las mujeres y sus comunidades sobre cómo monitorear la situación climática. La organización ha instalado cuatro estaciones climáticas en varias elevaciones para medir los niveles de lluvia y las temperaturas. Con base en estas mediciones, las personas que integran la comunidad pueden intercambiar información, crear alertas meteorológicas y hacer pronósticos, lo que les brinda la capacidad de comprender los cambios del clima y determinar cuándo es el momento propicio para sembrar sus semillas.
Facilitar la participación de las comunidades, especialmente de las mujeres y la juventud, y apoyarlas para que impulsen su propio desarrollo, son tareas fundamentales para La Cuculmeca, que es coparte del Fondo Centroamericano de Mujeres (FCAM), la organización líder de la Global Alliance for Green and Gender Action (GAGGA).
La Cuculmeca fue fundada en 1990 en el departamento de Jinotega, Nicaragua, con el objetivo de desarrollar programas de educación de adultos con énfasis en agricultura sostenible. Luego de experimentar los efectos mortales del huracán Mitch en 1998, la organización agregó a sus áreas de especialización el suministro de ayuda de emergencia y la soberanía alimentaria.
El año pasado, treinta huracanes pasaron por el Océano Atlántico, lo que hizo de la temporada [de huracanes] 2020 la más activa desde que se tiene registro. Las inusitadas temperaturas altas en la superficie del Atlántico están causando tormentas cada vez más frecuentes, poderosas y destructivas. El departamento de Jinotega está ubicado en el Corredor Seco, un tramo de bosque seco tropical que se extiende desde México hasta Panamá y una de las regiones del mundo más vulnerables a los desastres derivados del cambio climático.
La sequía prolongada de los últimos años agravó los daños causados por Eta e Iota, ya que el suelo endurecido no pudo absorber la lluvia, lo que empeoró las inundaciones. Esto se suma a los efectos de El Niño, que hace cuatro años provocó una sequía que destruyó casi todo el maíz y más de la mitad de los cultivos de frijol en Nicaragua.
En Nicaragua, las mujeres y sus familias están viendo desaparecer sus ríos y fuentes de agua y más del 48% de la población rural del país no tiene sistemas de agua potable. Son precisamente las mujeres de estas zonas las que tienen que gestionar y asegurar la disponibilidad del agua en el hogar por el rol de género que se les ha asignado.
Las mujeres de las comunidades utilizan el agua para tareas domésticas y de cuidado, como preparar la comida y cuidar a los enfermos, tareas que ocupan entre cinco y ocho horas y media de su jornada, sin contar las horas adicionales que requiere ir a buscar el agua o esperar a que se restablezca el servicio. A pesar del papel fundamental de las mujeres en la gestión del agua, los roles de género les impiden participar en la toma de decisiones sobre sus recursos.
En todos sus programas, La Cuculmeca prioriza la educación, ya que la ven como la base para el desarrollo de otros derechos económicos, sociales y culturales, así como para la justicia social y la sostenibilidad. La organización cree que la educación les brinda a las mujeres la seguridad y la capacidad de tomar mejores decisiones no sólo en sus familias, sino también en sus comunidades, para poder ser más resilientes y adaptables. La Cuculmeca reconoce que lo que hacen localmente tiene un impacto global, comenzando por las mujeres y la familia, la finca y la comunidad, y finalmente trascendiendo el municipio, el departamento, el país y la región.
Con esto en mente, La Cuculmeca se involucró en diversas plataformas locales, nacionales e internacionales relacionadas con el agua y el clima, que permiten a las mujeres y comunidades locales alzar sus voces y exponer sus exigencias con relación a lo que está sucediendo en sus territorios.
A nivel local, han introducido propuestas para los Planes Estratégicos Municipales y los Planes de Inversión Municipal en las áreas de medio ambiente, seguridad alimentaria y participación ciudadana. El estudio a nivel nacional “Promoviendo la equidad de género en la gestión comunitaria del agua”, ejecutado por La Cuculmeca en colaboración con otras organizaciones nicaragüenses, identificó el rol de las mujeres y las brechas de género en la gestión del agua en todo el país y propuso acciones concretas para integrar una perspectiva de género.
Otro estudio realizado por La Cuculmeca con un socio local, encuestó hogares en noventa y un comunidades rurales de todo el país sobre el acceso, la calidad y la aceptabilidad del agua, así como la participación y la rendición de cuentas. Las encuestas nacionales anteriores que habían monitoreado el acceso al agua, se habían enfocado en gran medida en la disponibilidad de infraestructura.
El estudio conjunto de La Cuculmeca sirvió como modelo para desarrollar e implementar indicadores basados en los derechos humanos dentro de o en paralelo a los procesos de monitoreo nacional. Esto hizo que fuera posible ayudar a las partes interesadas locales en su trabajo de incidencia para hacer realidad los derechos al agua y al saneamiento.
La Cuculmeca también trabajó con otras organizaciones para desarrollar capacitaciones dirigidas a personas de todos los géneros sobre la gestión comunitaria del agua, además de liderar la promoción y la defensa del derecho al acceso y a la no privatización del agua, lo que ha impulsado la introducción de propuestas de políticas nacionales.
También está involucrada en la Alianza Nicaragüense ante el Cambio Climático (ANACC) y un intercambio internacional entre jóvenes de todo el mundo para discutir acciones climáticas conjuntas. ANACC es una plataforma inclusiva conformada por cincuenta y dos actores enfocados en la mitigación y adaptación al cambio climático, a través de procesos participativos y de incidencia local desde el nivel local hasta el internacional. ANACC influye en políticas y planes públicos, como la Ley de Cambio Climático y el Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático, promueve acciones de adaptación en los territorios y monitorea los procesos climáticos regionales y globales.
Con el apoyo del FCAM, La Cuculmeca está implementando un proyecto para generar mayor resiliencia en las niñas y mujeres al cambio climático en nueve comunidades de Jinotega. Esto se logrará a través del desarrollo de capacidades con énfasis en el desarrollo personal y la gestión ambiental. Las mujeres aprenden sobre sus derechos ecológicos y sobre prácticas agroecológicas —como la diversificación de cultivos y la creación de fertilizantes orgánicos— y también desarrollan e implementan planes de acción basados en sus necesidades y en las de sus comunidades.
A partir de este proceso, las mujeres han iniciado conversaciones con diferentes departamentos públicos sobre la construcción de sistemas de agua potable y han iniciado proyectos de reforestación y huertos ecológicos comunitarios/escolares. Además, con el apoyo del Fondo para la Autonomía y la Resiliencia de GAGGA, dieciocho mujeres pudieron tener más seguridad alimentaria y mejorar los ingresos de sus familias durante la pandemia al construir gallineros y aprender a cuidarlos.
Muchas de las mujeres que participaron en estos proyectos luego se identificaron como nuevas líderes, respetadas en la toma de decisiones tanto en su vida familiar como en la comunidad. A través de este proyecto, las mujeres inspiraron más a otras en sus comunidades y un pequeño grupo de mujeres promotoras ambientales difundieron sus conocimientos recién adquiridos a otras ochenta y seis mujeres. Juntas formaron una plataforma de defensoras de los derechos ambientales y pueden vincularse a otras plataformas a nivel local.
La Cuculmeca también recibe apoyo de la Red Internacional de Forestería Análoga (RIFA), una aliada de GAGGA que en 2019 realizó con la comunidad jinotegana que trabajan con La Cuculmeca un taller de Forestería Análoga, un técnica que restaura la productividad de las tierras degradadas y provee nuevas fuentes de alimentación e ingresos a las comunidades. Veinticinco mujeres provenientes de diez organizaciones en Nicaragua participaron en una capacitación de la RIFA, con la ayuda del FCAM y la Fundación Entre Mujeres, otra aliada de GAGGA. Dos mujeres de La Cuculmeca se convirtieron en facilitadoras técnicas que se capacitaron para profundizar sus conocimientos sobre las técnicas de forestería análoga y su implementación en un sitio de demostración financiado directamente por la RIFA.
Las personas que participaron en el taller intercambiaron semillas para preservar la biodiversidad y aumentar la soberanía alimentaria en sus parcelas, aprendieron sobre las plantas más adecuadas para sus zonas, el momento adecuado para plantar y sobre técnicas de conservación del agua. La Culcumeca ahora está enseñando a otras mujeres y jóvenes de la comunidad sobre forestería análoga.
Al colaborar a través de una red creciente de actores locales, nacionales, regionales e internacionales, La Cuculmeca no sólo ha podido fortalecer las capacidades de las mujeres como líderes comunitarias del clima, sino que también ha facilitado una plataforma donde pueden alzar sus voces para que las realidades de mujeres locales y sus exigencias, informen e influyan en cuestiones de acción climática en varios niveles.
Fotos del archivo fotográfico del Proyecto La Cuculmeca: «Mujeres dinamizando la economía familiar»