Para la gente de Aroroy—ubicada en la provincia de Masbate, 350 kilómetros al sureste de Manila, la capital de Filipinas—“poseer la gallina de los huevos de oro” no es una bendición. La riqueza mineral de la provincia no ha traído mejores condiciones de vida para las comunidades de la región, que consistentemente se encuentra entre las áreas más pobres del país.
Es acá que la empresa Filminera Resources opera una mina a cielo abierto que cubre un total de 10,807 hectáreas. Las personas que viven a pocos metros de las áreas residenciales y escuelas sufren diversas enfermedades. Las comunidades afectadas directamente están conformadas por campesinos, operadores de pesca, pescadores, residentes y estudiantes de 15 Barangays (aldeas), con una población de más de 25,000 habitantes.
“El índice de mortalidad ha aumentado especialmente en 8 [de los 15] Barangays impactados. Los barangays que quedan cerca del área minera han sido afectados indirectamente. Antes de que Filminera empezara a extraer el oro, registrábamos muy pocos pacientes con tuberculosis, menos del 1% de la población. Sin embargo, una vez que la empresa inició operaciones en 2008, la mortalidad empezó a ascender cada año. Sospechamos que una posible causa de la enfermedad es el polvo metálico”, mencionó Marilou Verano, lideresa que trabaja en Aroroy.
Marilou escribió una carta al Ministerio de Salud en 2012 pidiéndoles que realizaran evaluaciones médicas y ambientales, pero nunca respondieron. Los aldeanos también sufren de enfermedades pulmonares y de la piel, disentería, diarrea, vómitos y otros padecimientos relacionados con la falta de agua potable.
Filminera Resources / Masbate Gold Project / B2Gold (compañía canadiense) y anteriormente AIG (compañía australiana) operan en la región utilizando un Certificado de Cumplimiento de Normas Ambiental (CCNA), el cual había sido entregado a la compañía anteriormente conocida como Base Metals Minerals Resources Corporation el 29 de junio de 1998 y limitaba el área de las actividades mineras a 443 hectáreas. Hoy en día, Filminera explota un área mayor a lo establecido originalmente por el CCNA y, como resultado, afecta directamente a cuerpos de agua que ya desde antes habían sido contaminados por la actividad minera, explicó Verano. Estos ríos y puertos son el sustento de muchas familias en los pueblos aledaños.
“Filminera incautó las fuentes de agua de los ríos Bangon, Guinobatan, y Panique para su operación minera, particularmente para su planta de procesamiento de oro ya que esta necesita un gran volumen de agua dulce para funcionar”, dice la Sra. Verano. Esto ha afectado a los campesinos y pescadores de la zona y ha contaminado los puertos, los recursos hídricos y los bosques de la región.
Marissa Ledesma, madre de dos hijos, solía recoger conchas en Port Barrera y contaba con un ingreso diario de 600 a 800 pesos (alrededor de 11 a 15 dólares estadounidenses), pero cuando el nivel de contaminación del agua se volvió insostenible, los mariscos comenzaron a desaparecer y las mujeres como Marissa perdieron su medio de subsistencia. Como consecuencia, Marissa y otras mujeres dejaron a sus hijos en Aroroy y se mudaron a Manila y Cebu en busca de trabajo doméstico para mantener a sus familias.
Ahora, alrededor de 300 mujeres de 7 Barangays afectados por las actividades mineras de Filminera se han organizado y han establecido legalmente la Cooperativa de Mujeres Productoras Marianas. El primer intento de construir una cooperativa polivalente fue destruido por Filminera cuando la empresa decidió construir estanques de relave en un área de 14 hectáreas utilizada por la cooperativa. Filminera adquiere estas tierras al coaccionar a los propietarios y al presentar casos de derecho de expropiación que son resueltos sin el debido proceso legal, afirmó Verano.
Las mujeres de la cooperativa están trabajando para finalizar una nueva propuesta de proyecto para reforestar y rehabilitar 3 hectáreas de un área de manglares en Port Barrera. La Sra. Verano espera que “esto tenga un gran impacto positivo en nuestro activismo para que el gobierno de Filipinas conozca la situación de nuestra comunidad en Port Barrera, de manera que las autoridades tomen medidas para cerrar la operación minera de Filminera. Al mismo tiempo, también esperamos que [el gobierno] apoye un poco a los miembros [de la comunidad] con sus problemas económicos”. La cooperativa también está buscando fondos para abrir una panadería y otras fuentes de ingreso alternativas y sostenibles.
“Empoderar a las mujeres es muy importante para nosotras. Desde el inicio de nuestra campaña y nuestro activismo, las participantes más activas han sido las mujeres. Nuestro objetivo es salvar el ecosistema de Aroroy y luchar por el cierre de Filminera. Estamos luchando por la supervivencia de nuestras familias y el futuro de nuestros hijos”, señaló la lideresa.
Pero la Sra. Verano se preocupa porque “la situación de las defensoras del medio ambiente se está deteriorando y algunas han recibido amenazas de muerte. El gobierno debería tomar en serio sus obligaciones y responsabilidades con respecto a los derechos humanos”.
“Instamos al gobierno de Filipinas a tomar medidas urgentes para eliminar las trabas que impiden el acceso a soluciones efectivas. Al ser el principal garante, el gobierno de Filipinas debe respetar, proteger y hacer cumplir todos nuestros derechos y necesidades urgentes. De igual manera, debe escuchar las voces de las mujeres en las comunidades afectadas por la minería. El ejercicio legítimo de estos derechos humanos no debe ser criminalizado o resultar en la intimidación o incluso el asesinato de las mujeres”, agregó Marilou Verano.