Una central eléctrica de carbón que amenaza con poner en peligro la supervivencia de varias comunidades y especialmente de las mujeres pescadoras en Bargny, Senegal, logró unir a dos organizaciones en la lucha por el medio ambiente y los derechos de las mujeres.
Una central eléctrica de carbón que ha sido construida en el pequeño pueblo de Sendou, en la ciudad de Bargny, Senegal, amenaza las vidas de las comunidades que habitan en los alrededores del proyecto. Durante muchos años varias organizaciones senegalesas, como Lumière Synergie pour le Développement (LSD), han trabajado para detener el proyecto y demostrar cómo éste puede afectar las vidas de las comunidades, especialmente de las mujeres pescadoras que habitan cerca. Como parte de este trabajo, LSD ahora está colaborando con la Alianza WoMin, una alianza panafricana que lucha por los derechos de las mujeres y contra los proyectos extractivos, investigando la política de género del principal instituto que financia el proyecto: el Banco Africano de Desarrollo (AfDB por sus siglas en inglés).
BARGNY: MUJERES AMENAZADAS POR LA CENTRAL ELÉCTRICA
Bargny está ubicada en la costa, a 15 km de Dakar, la capital senegalesa. Sus habitantes sobreviven gracias a la pesca, y son las mujeres las que se encargan de hacer todo el trabajo de procesar y vender el pescado, y quienes además están a cargo de las actividades agrícolas. Esta es una ciudad muy vulnerable al cambio climático, la erosión costera ya ha destruido algunas áreas y las personas están luchando para sobrevivir.
Ahora, la central eléctrica de carbón de Sendou, localizada en una pedazo de terreno que antes solía ser utilizado como lugar de trabajo por las mujeres, está amenazando con destruir su espacio de vida, su salud y el medio ambiente.
Esta central eléctrica está financiada principalmente por el Banco Africano de Desarrollo (AfDB), pero también por el Banco de Desarrollo Holandés (FMO), el Banco de Desarrollo de África Occidental (BOAD) y la Compagnie Bancaire de l’Afrique de l’Ouest (CBAO).
Lumiére Synergie Development (LSD) es una organización de investigación e incidencia que supervisa al Banco Africano de Desarrollo para garantizar una mayor transparencia y responsabilidad a nivel de políticas y proyectos.
Según Aly Sagne, presidente de LSD, la planta de energía a carbón de Sendou se construyó sin informar o consultar a la comunidad, y sin darles una compensación adecuada.
“A través de la ley nacional de medioambiente, este tipo de proyecto debería respetar una zona de amortiguamiento de 500 metros de distancia de los habitantes. El lugar donde las mujeres solían producir el pescado ha sido utilizado por la central, esto también debe ser compensado pero todavía no ha sucedido. Además, cuando la central comience a operar, la salud de las mujeres y de los niños y las niñas se verá afectada por la contaminación ambiental”, explica Sagne.
LA POLÍTICA DE GÉNERO DEL BANCO NO HA PROTEGIDO A LAS MUJERES
A pesar que el AfDB posee diferentes políticas sobre medioambiente, al igual que una política de género desde 2001, antigua según la opinión de Sagne, ha sido evidente que en este caso fallaron en proteger a las mujeres pescadoras de la comunidad.
LSD se dio cuenta que no había ninguna ONG trabajando en los temas de género, y ellos tienen un staff limitado y no cuentan con mucha experiencia sobre derechos de mujeres y género, “pensé que una organización dirigida por mujeres sería más relevante para liderar la campaña contra el AfDB” dice Sagne.
En 2016, durante una reunión con otros miembros de GAGGA, LSD hizo un llamado a los grupos de mujeres de considerar unirse a su campaña. Afortunadamente, WoMin dio un paso adelante y juntos entraron en una colaboración de 2 años.
WoMin es una alianza regional panafricana. Trabajan con comunidades, organizaciones y movimientos que se movilizan contra el extractivismo en sus diversas formas (proyectos de minería, mega infraestructura, etc.) para presentar un análisis feminista de la violencia de este modelo explotador de desarrollo. Apoyan a las mujeres y las comunidades en su organización contra estos problemas y promueven alternativas de desarrollo justas.
LA COLABORACIÓN: INVESTIGACIÓN CONJUNTA
Cuando WoMin comenzó a trabajar con las mujeres en Bargny, se dieron cuenta que gracias al trabajo de LSD, ellas ya estaban organizadas pero necesitaban apoyo para expresar sus problemas. “Nuestra colaboración es para ampliar el mensaje de estas mujeres, llevarlo al siguiente nivel, llamar la atención no solo a la región, no solo al país, pero también a la comunidad internacional para que se pueda tomar una buena decisión”, dice Georgine Kengne, Coordinadora Senior de Proyectos en WoMin.
Juntos, LSD y WoMin investigaron la política de género del Banco Africano de Desarrollo, analizando básicamente la estrategia de género y evaluando si la política había sido respetada al otorgar los fondos para iniciar la central eléctrica de carbón de Sendou. La investigación fue financiada por Foundation for a Just Society.
“La política es demasiado amplia y no tiene ningún compromiso específico con respecto a los derechos de las mujeres y/o de las comunidades vulnerables. No tiene requisitos para consultar o informar a grupos de mujeres en caso de que un proyecto tenga efectos adversos en sus vidas y ninguna guía para los clientes o prestatarios del banco sobre cómo integrar el género en sus proyectos. La política no aborda los problemas del personal en el banco que carecen de expertos en género, especialmente en las oficinas de país”, agrega Aly Sagne.
“WoMin básicamente quiere que las mujeres tengan el control de su investigación; por eso se introdujo la investigación de acción participativa”, explica Georgine Kengne. A través de grupos focales, entrevistas y la participación de mujeres, crearon un espacio donde las mujeres pueden decidir juntas sobre cuál es el mensaje que desean transmitir al AfDB y al gobierno, cómo articular sus demandas y expresarlas para que otros puedan entenderlas. “La investigación de acción participativa es muy importante porque capacita a las mujeres al darles herramientas, darles poder” dice Kengne.
“Desde que iniciamos esta colaboración con WoMin, vemos el valor en los grupos de mujeres pescadoras que tienen más capacidad para entender sus derechos y por qué y cómo pelear por ellos”, menciona Sagne.
La investigación ya ha concluido y aún deben organizar un lanzamiento oficial, pero esperan usarla como una herramienta importante de incidencia. El objetivo es demostrar cómo las políticas del AfDB no protegieron a los grupos de mujeres de los impactos del proyecto.
LAS VOCES DE LAS MUJERES DEBEN SER ESCUCHADAS
“Cuando hablamos sobre incidencia, no se trata de gritar, se trata principalmente de participar en la toma de decisiones. Si podemos reunirnos con el banco y las corporaciones, los que están detrás del proyecto, si podemos reunirnos con ellos y discutir con ellos, no con nosotros directamente, sino con las mujeres de la comunidad porque están bien organizadas y también tienen un buen conocimiento de su situación”, explica Kengne, “ahora esperamos que las voces de las mujeres sean escuchadas”.
“Lo principal es que nuestra colaboración creó un ruido en el Banco que está listo para participar en la revisión de políticas el próximo año. Juntos podemos influir en la política de género” dice Sagne.