***Para ver los enlaces a los blogs, por favor deslice hacia abajo
Cuando ocurren desastres relacionados con el clima, como huracanes, inundaciones o sequías, las comunidades más afectadas suelen ser las que menos contribuyen al cambio climático. La situación climática actual es tan solo un síntoma de una crisis mucho más grande y antigua—una crisis de desigualdad social, de género y racial que se remonta al colonialismo. Fue en esta época que los poderes coloniales y las compañías empezaron a acumular riquezas mediante la extracción de recursos naturales y la quema de combustibles fósiles, pero quienes pagaron el alto precio de su prosperidad fueron las comunidades del Sur Global, que como resultado fueron, y siguen siendo, víctimas de violencia, explotación y despojo.
Hacerle frente a la crisis climática de manera significativa solo es posible si abordamos sus causas fundamentales y transformamos las estructuras que nos han llevado a donde estamos hoy, en particular el modelo dominante de crecimiento económico basado en la extracción ilimitada de recursos y el consumo excesivo. A esto nos referimos cuando hablamos de “justicia climática”. La crisis climática está demostrando, al igual que la pandemia del COVID-19, que una emergencia global no solo consolida las desigualdades existentes, sino que las exacerba aún más.
La crisis climática afecta más a las mujeres y a las niñas que a los hombres. Entre otros factores, las normas culturales restrictivas y los roles de género que las designan como las principales cuidadoras y proveedoras de alimentos, agua y combustible significan que las mujeres suelen ser las primeras en verse afectadas por los impactos del cambio climático. En respuesta a esto, las mujeres y sus comunidades llevan mucho tiempo proponiendo y liderando acciones climáticas justas, tales como la aplicación de conocimientos ancestrales, la lucha por la soberanía alimentaria, la resistencia a la extracción de combustibles fósiles y sus contribuciones a las políticas ambientales a nivel local y nacional. Lamentablemente, sus necesidades, demandas y propuestas han sido ignoradas.
Las negociaciones más importantes sobre el clima desde el Acuerdo de París en 2015 comenzaron esta semana, pero la representación promedio de mujeres en los órganos de negociación del clima a nivel nacional y mundial es inferior al treinta por ciento. En la última Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP), los gobiernos adoptaron un Plan de Acción de Género con el propósito de garantizar la “participación igualitaria y significativa de las mujeres” en las conversaciones sobre el clima, en particular las mujeres de las organizaciones de base, los pueblos indígenas y las personas de las comunidades locales. Sin embargo, años más tarde, es evidente que el patrón de desigualdades continúa en la COP, lo que ha resultado en una representación de mujeres, niñas y comunidades del Sur Global que continúa siendo inadecuada—en parte a causa del COVID-19 y las restricciones de viaje.
Las decisiones tomadas en la COP26 y las negociaciones sobre el clima posteriores determinarán la forma en que los gobiernos responden a la emergencia climática; por lo tanto, excluir a las personas más afectadas por la crisis solo conducirá a acciones que profundicen las desigualdades. Todas las voces, y en particular las de las mujeres y niñas de África, Asia, el Pacífico y América Latina, deben ser escuchadas para que desempeñen el papel que les corresponde en la construcción de nuestro futuro colectivo.
Reducir las emisiones de carbono para limitar el aumento de la temperatura global a 1.5 grados centígrados y desarrollar la tecnología necesaria para lograrlo son metas fundamentales, pero nuestro enfoque con respecto a la crisis climática debe también priorizar la construcción de una sociedad que centre la justicia social, los derechos humanos y el cuidado de todas las personas y del planeta. En las próximas semanas, estaremos publicando una serie de entradas de blog escritas por nuestras copartes y aliadas, quienes trabajan por este tipo de sociedad y representan una diversidad de voces de todo el mundo: campesinas feministas, jóvenes activistas del cambio climático, colectivos indígenas, mujeres migrantes y afrodescendientes, grupos con discapacidades, integrantes de la comunidad LGBTQI+ y organizaciones que trabajan por la justicia climática y de género. En sus escritos compartirán sus experiencias, explicarán por qué la justicia climática es también justicia social y de género y destacarán sus demandas y propuestas para aplicar un enfoque de género justo ante la crisis climática. Esperamos que estas historias muestren que cuando trabajamos conjuntamente, podemos impulsar el cambio transformador necesario para lograr un futuro más inclusivo, sostenible y con justicia de género.
Serie de blogs
“Queremos restaurar los pulmones de la tierra”: Poniendo a las mujeres al frente de la restauración ecológica por Luz Marina Valle, con contribuciones de Lubi Bogantes, Isabel MacDonald, Carolina Sorzano Lopez y Enma Revilla de la Red Internacional de Forestería Análoga
Cosechando las oportunidades para el cambio por Ursula Miniszewski del Global Greengrants Fund
Hacia una COP que avance en la justicia climática y de género por Liliana Ávila de la Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA)
Enfrentando la emergencia climática: Una crisis que no causamos por Sofía Gutiérrez del movimiento Fridays for Future MAPA
La financiación de la acción climática feminista en Fiyi por Kuini Rabo y Erica Lee del Women’s Fund Fiji
Las mujeres indígenas con discapacidades no somos simplemente víctimas, somos indispensables para las soluciones climáticas por Pratima Gurung de la NIDWAN Nepal
El calentamiento global es violencia hacia las mujeres por Angélica Schenerock de Agua y Vida: Mujeres, Derechos y Ambiente
La lucha por mantener nuestro buen vivir por Márcia Mura del colectivo indígena Mura
De las feministas del Sur Global para los tomadores de decisiones de la COP: Un cambio radical por la justicia climática por Hilary Clauson del Equality Fund
Imagen destacada diseñada por Naandeyeah y fotos cortesía de Global Greengrants Fund y Goldman Environmental Prize.
Para consultas de prensa sobre esta campaña, comuníquese con: