Inside Philanthropy: La filantropía verde de MacKenzie Scott se expande, enviando millones a la vanguardia del cambio climático

Por Michael Kavate el 29 de marzo de 2022

Cuando MacKenzie Scott reveló en el verano de 2020 que había donado US$ 1.7 mil millones en el último año y que más miles de millones de dólares estaban en camino, parecía ser que uno de los principales beneficiarios sería el movimiento climático. La ronda inicial contempló US$ 125 millones en subvenciones relacionadas con el clima, más del 7 % del total.

Sin embargo, tras dieciocho meses y tres comunicados de Scott, el sector climático estaba en ascuas pues se había destinado poquísimos fondos a grupos dedicados al medio ambiente, y mucho menos al movimiento climático. Además, inusualmente para la novelista, quien ahora es conocida como una innovadora filántropa, casi todas las subvenciones fueron para grupos ya establecidos o favorecidos por importantes fundaciones—en contraste con los grupos de base y en gran parte liderados por personas negras, indígenas y de color que ella solía priorizar.

Pero su última publicación en Medium cambió todo.

Más de dos docenas de grupos enfocados en el medioambiente, la energía o el clima, o que cuentan estos temas entre sus principales prioridades, se encuentran entre los 465 beneficiarios que recibieron casi US$3.9 mil millones en la ronda de subvenciones anunciadas por Scott la semana pasada.

Las organizaciones seleccionadas se extienden desde Massachusetts hasta Micronesia. La mayoría de los beneficiarios son donantes que apoyan la acción climática y ambiental de base y de primera línea, y la mayoría se distinguen por sus enfoques participativos con respecto a las decisiones relativas a la concesión de subvenciones.

[La selección de Scott] marca una infusión histórica de financiamiento para segmentos del movimiento climático que llevaban años tratando de llamar la atención y atraer el financiamiento de las principales fundaciones y megadonantes. Dichos grupos continúan recibiendo solo una pequeña fracción de los fondos provenientes de la filantropía climática. Los representantes [de las organizaciones seleccionadas] con los que hablamos han descrito la financiación como “un punto de inflexión” “sin precedentes”. Para muchos, la subvención de Scott ha sido, por mucho, la más grande en la historia de su organización.

Según los montos de las subvenciones divulgados hasta el momento, representa una inyección de US$ 150 millones y apoya los esfuerzos para apoyar a las personas en todo el mundo que enfrentan graves amenazas a sus vidas y medios de subsistencia a causa de la aceleración del caos climático. La última ronda de donaciones de Scott también se destaca en contraste con la mayoría de los fondos internacionales para el clima. Los últimos dos años han visto una ola de nuevos megadonantes climáticos, pero hasta ahora, gran parte de su financiación global se ha destinado a algunos de los grupos ecológicos más grandes del mundo o a organizaciones más nuevas y bien financiadas, como el grupo climático de Bill Gates.

“Es bien pequeña la cantidad de financiación relacionada al clima que realmente le llega a las personas más afectadas por el cambio climático” como las mujeres jóvenes y los pueblos indígenas, dice zohra moosa, directora ejecutiva de Mama Cash, un fondo internacional con sede en Ámsterdam que recibió US$ 20 millones y que había otorgado un total de US$ 5 millones el año pasado. “Los donativos de Scott ponen recursos con el poder de cambiar las reglas del juego, el sistema, en las manos de estas personas”.

Los grupos beneficiados indican que Scott se centró en cuatro prioridades climáticas y ambientales que se traslapan: los derechos indígenas y la tenencia de la tierra, la acción enfocada en las mujeres, los fondos locales que apoyan los países o regiones donde se encuentran y los fondos basados ​​en EEUU, o en cualquier otro país del Norte Global, que apoyan grupos de base en el extranjero.

El trabajo de muchos beneficiarios abarca varias de estas categorías y varios de ellos son parte de las redes de los otros, como la Global Alliance for Green and Gender Action (GAGGA), que tiene al menos siete miembros o aliados en la lista de subvenciones de Scott.

Algunos beneficiarios han sido más favorecidos por los grandes donantes, por ejemplo la campaña Drive Electric de la Fundación ClimateWorks, que recibió US$35 millones durante cinco años. Otros habitan ambos mundos, por ejemplo, Tenure Facility, que se está asociando con ClimateWorks para una subvención que este último recibió del fundador de Amazon, Jeff Bezos, el exesposo de Scott.

“Un poderoso punto de inflexión”

Muchos beneficiarios enfatizaron que el potencial de impacto [del donativo] no era simplemente las cantidades inusitadas, sino la naturaleza irrestricta de los fondos, una característica distintiva de la filantropía de Scott que es celebrada a menudo.

Para la Dra. Solange Bandiaky-Badji, presidenta y coordinadora de la Rights and Resources Initiative, (RRI) que ayuda a las comunidades indígenas a reivindicar sus derechos a la tierra, el enfoque de Scott es una potente señal para otros filántropos, ya sean “mega” o no. Este llega justo cuando la filantropía está mostrando un nuevo interés en este tipo de trabajo, simbolizado más notablemente por una reciente promesa de US$ 1.7 mil millones para la protección indígena de los bosques tropicales.

“Es un llamado a la acción para los donantes”, dijo [Bandiaky-Badji]. “Si realmente queremos apoyar la agenda de los titulares de derechos, lo que quieren hacer, la naturaleza irrestricta [del donativo] es realmente fundamental”. Agregó que generalmente sólo el 10% del presupuesto de su organización es sin restricciones y otros grupos proporcionaron cifras similares. El grupo recibió US$ 15 millones de Scott.

RRI y Tenure Facility, que fue establecido por RRI, son dos de varios beneficiarios que enfocan su trabajo en la tenencia de la tierra y/o los derechos indígenas. Otros incluyen Landesa (US$ 20 millones), Kawerak y Nia Tero, un integrante del Protecting Our Planet Challenge, que cuenta con US$ 5 mil millones. Otro beneficiario, Blue Ventures, se centra en la tenencia marina.

Willy Foote, fundador y director ejecutivo de uno de los beneficiarios, Root Capital, describió las subvenciones sin restricciones como un “punto de inflexión” para el sector , particularmente debido a la falta de limitaciones. “Realmente no se puede impulsar [el cambio] de una manera emprendedora y realmente ambiciosa, si no se tiene ese apoyo irrestricto”.

Para Root Capital, las subvenciones recientes no conllevan la expansión de su programa actual, un sentimiento del que se hicieron eco otros beneficiarios. Sin embargo, sí “acelerarán” su capacidad para iniciarlos, dijo Foote. Por ejemplo, el grupo planea establecer pronto un laboratorio de financiamiento climático que tenían previsto desde hace mucho tiempo. Este ayudará a los agricultores a hacer la transición hacia la agricultura regenerativa o a agregar energía solar.

Foote es optimista de que el estándar que Scott ha establecido llegará más allá de los beneficiarios inmediatos.

“Sabemos que existe una discrepancia o disparidad de poder inherente y a veces enorme entre un donante y un beneficiario. Eso está cambiando, ciertamente, en los últimos años, en las últimas décadas”, dijo. “Pero el nivel al que MacKenzie Scott está haciendo esto tendrá un efecto dominó real en todo el mundo filantrópico”.

“El poder de ceder el control”

Varios beneficiarios quedaron impresionados por el lenguaje que usó Scott en su anuncio y cómo sus palabras y las áreas de investigación de su equipo (varios dijeron que trabajaron con BridgeSpan) resonaron con su propia filosofía de ceder el control y centrar a las personas más afectadas.

“Ella enfatiza el poder de ceder el control”, dijo moosa. “Es realmente importante para nosotros que una donante como MacKenzie Scott esté adoptando una filosofía que está tan alineada, en términos de valores, con el trabajo que estamos haciendo”. La organización de [moosa], Mama Cash, es una de un puñado de beneficiarios que aplican una perspectiva enfocada en las mujeres en su trabajo relacionado al medio ambiente y otros temas.

Otros [beneficiarios] incluyen Prospera (que recibió US$10 millones), MADRE (US$15 millones), el Fondo Centroamericano de Mujeres y el Fondo de Mujeres del Sur. Todas [estas organizaciones] están involucradas en GAGGA, que recientemente publicó un informe sobre los fondos de mujeres y la crisis climática. Otro beneficiario, FRIDA, the Young Feminist Fund (US$10 millones), ha llamado la atención al acompañar sus elogios a Scott con críticas a las prácticas de explotación de Amazon, la fuente de la fortuna de más de US$50 mil millones de Scott.

También hay beneficiarios con sede en los EE. UU., como Grassroots International o Maliasili, que apoyan la conservación del medio ambiente en África desde el nivel comunitario. Incluso hay un beneficiario ubicado en Canadá, MakeWay, que recibió US$15 millones. Otro beneficiario estadounidense es el Climate Justice Resilience Fund (CJRF), ubicado en Washington, D.C., que recibió US$7 millones. Muchas otras de las organizaciones seleccionadas por Scott en esta ronda se encuentran entre los beneficiarios del CJRF o dentro de su red más amplia, según un correo electrónico de su directora, Heather McGray, quien me ayudó a identificar a varios beneficiarios.

“Una gran declaración de confianza”

Maria Amália Souza cofundó el Fundo Casa Socioambiental, con sede en Brasil, hace casi dos décadas. Luego de ir a la universidad en California, Souza se dedicó por mucho tiempo a “tratar de descubrir la manera de derribar los muros de los megadonantes para la conservación [ambiental]” en su país de origen y para las comunidades en la vanguardia.

“¿Cómo se pueden hacer llegar recursos a las personas que realmente están protegiendo la selva tropical, los que viven allí, los que saben todo al respecto?”, dijo.

Su grupo ha ganado gradualmente el apoyo de entidades como la Fundación Charles Stewart Mott y el Global Greengrants Fund debido a su modelo horizontal de dotación de recursos, que trasciende las fronteras y está guiado por los biomas, para los movimientos que trabajan sobre el terreno. Al menos el 50% de sus subvenciones se destinan a organizaciones que serían beneficiadas por primera vez, dijo, muchas de las cuales se encuentran en lugares “muy remotos”.

Sin embargo, ha sido difícil agarrar impulso. “Siempre ha sido muy difícil explicarle esto a alguien”, me dijo. La subvención de Scott al Fundo Casa podría cambiar eso, no solo con los donantes internacionales, sino también con los donantes brasileños, que por lo general han ignorado a [la organización].

“Es una gran declaración de confianza”, dijo, y señaló que solo el 10% de su financiación generalmente ha sido irrestricta. “Ese es exactamente el tipo de cosas que necesitamos, viniendo de alguien como ella. La minuciosidad del proceso nos coloca en un lugar completamente diferente”.

Fundo Casa es uno de al menos media docena de fondos con sede en el extranjero que han recibido grandes donaciones de Scott. Es un grupo diverso, pero por lo general financia el trabajo de base local. Otros dos beneficiarios están en América Latina: La Sociedad Peruana de Derecho Ambiental y Projeto Saúde e Alegria. Otros tienen oficinas en Indonesia (Instituto Samdhana) e India (Fundación SELCO). Otro es el Fideicomiso de Conservación de Micronesia.

El tipo de beneficiario que recibirá apoyo

Los pescadores artesanales con los que trabaja Blue Ventures para asegurar los derechos de acceso al agua están en la primera línea del cambio climático. Son testigos y víctimas del calentamiento de nuestros océanos, la disminución de las poblaciones de peces y el colapso de los arrecifes de coral. Las tormentas tropicales han hecho que sus medios de subsistencia sean más peligrosos y precarios que nunca.

Estos pescadores, que en su mayoría viven en el Sur Global, a menudo han sido extremadamente empobrecidos y muy endeudados, viven vidas nómadas y corren un alto riesgo de ser golpeados por una catástrofe climática, según Alasdair Harris, fundador y director ejecutivo del [Blue Ventures]. Muchos de ellos luchan por acceder al crédito, al igual que los grupos que los apoyan luchan por obtener subvenciones. “Se los considera no financiables, se los considera no auditables. No pasarían el proceso de selección establecido por muchos de los donantes que nos apoyan”, me dijo.

Muchas de las poblaciones con las que trabajan los beneficiarios climáticos de Scott enfrentan desafíos similares. Son comunidades marginadas y altamente vulnerables que, no obstante, son resilientes e ingeniosas. Pocos tienen acceso a la financiación de la fundación, pero un nuevo nivel de apoyo está en camino.

Blue Ventures por lo general ha otorgado £ 2,5 millones al año, financiamiento que predominantemente ha tenido restricciones, lo que Harris calificó de “increíblemente inconveniente” y “profundamente ineficiente”, ya que muchos de sus beneficiarios no tienen los controles financieros ni la previsibilidad cotidiana que hace que dicho financiamiento sea factible. El grupo ahora ha recibido una subvención de US$ 20 millones de Scott. Al igual que algunos de los otros beneficiarios, la cantidad que han recibido supera lo que la organización ha entregado históricamente.

“Es sísmico”, dijo. “Es increíble.”

“Estos movimientos siguen careciendo muchísimo de recursos”

Al menos uno de los beneficiarios con los que hablé optó por no incluir el monto de la subvención en su sitio web por temor a que los posibles donantes se fueran a otra parte. Esa es una preocupación comprensible: incluso esta afluencia histórica de efectivo solo hará mella en la tremenda necesidad que estos grupos están intentando satisfacer.

Mama Cash, por ejemplo, financia solo el 1% de los nuevos grupos que solicitan fondos, según un análisis interno de sus solicitudes entrantes. “Son aplicaciones de calidad, simplemente no hemos tenido los fondos”, me dijo moosa.

“La gente ve un número y pregunta: ‘¿Ya terminaste?’ No, no es suficiente”, dijo. Los grupos a los que apoyan tienen el potencial de cambiar normas, leyes y políticas, pero ese potencial apenas está empezando a obtener el apoyo necesario. “Los movimientos a los que servimos siguen careciendo muchísimo de recursos”.

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A continuación, los beneficiarios de la ronda más reciente de subvenciones de MacKenzie Scott que se centran en problemas climáticos y ambientales, o los enumeran como una prioridad principal:

• Rights and Resources Initiative ($15 millones)
• Tenure Facility
• Landesa ($20 millones)
• Nia Tero
• Kawerak ($8 millones)
• Blue Ventures ($20 millones)
• Mama Cash ($20 millones)
• Prospera ($10 millones)
• Fondo Centroamericano de Mujeres
• Fondo de Mujeres Del Sur
• MADRE ($15 millones)
• FRIDA, The Young Feminist Fund ($10 millones)
• Urgent Action Fund for Women’s Human Rights
• Fund for Global Human Rights ($10 millones)
• Fundo Casa Socioambiental
• Sociedad Peruana de Derecho Ambiental
• Samdhana Institute
• SELCO Foundation
• Micronesia Conservation Trust
• Projeto Saúde e Alegria
• BrazilFoundation ($5 millones)
• Grassroots International
• Maliasili
• MakeWay ($15 millones)
• Climate Justice Resilience Fund ($7 millones)
• Root Capital
• ClimateWorks Foundation’s Drive Electric Campaign ($35 millones a lo largo de 5 años)
• Woodwell Climate Research Center