Mujeres mayas ch’orti’ recuperan sus derechos territoriales y acceso al agua


El pueblo maya ch’orti’ lleva 17 años pidiendo que les sea reconocida la posesión y propiedad de sus tierras ancestrales, que cubren una gran cantidad del este de Guatemala y se extienden a los países vecinos de El Salvador y Honduras. Esta área se encuentra en el Corredor Seco, un tramo de bosque seco tropical que se extiende desde México hasta Panamá y una de las regiones del mundo más vulnerables a los desastres derivados del cambio climático. Patrones irregulares de lluvia son característicos de esta zona, donde cinco años de inundaciones recurrentes, seguidos de meses de sequía, han impactado la seguridad alimentaria de 2,2 millones de personas.

El cambio climático y la destrucción acelerada del ecosistema local han afectado la disponibilidad de agua y los medios de subsistencia de la comunidad ch’orti’, que depende de la agricultura. Sus principales cultivos, frijoles y maíz, son vulnerables a las frecuentes sequías. Durante la pandemia  los cultivos de muchos fracasaron, lo que los obligó a sobrevivir únicamente con maíz y otros granos básicos.

Denegar los títulos de propiedad de sus tierras comunales a los ch’orti’ significa privarles del acceso al agua y la seguridad alimentaria. En el  2007, La Coordinadora de Comunidades y Asociaciones por el Desarrollo Integral del Pueblo Ch’orti’ (COMUNDICH), que representa a 48 comunidades ch’orti’, inició un proceso comunitario para recuperar las tierras indígenas a través de material de archivo que documenta títulos comunales emitidos en el pasado. En 2018, un grupo de mujeres ch’orti’ presentó un amparo en el que nueve comunidades indígenas reclamaron un área boscosa donde se encuentran las principales fuentes de agua de Zacapa; el tribunal dictaminó que el Concejo Municipal debía inscribir estas tierras en el Registro General de la Propiedad a nombre de las comunidades. En otro caso, la empresa El Paste S.A. pretendía apoderarse del territorio de la comunidad indígena de Oratorio, que alberga las principales fuentes de agua de dos municipios, pero el tribunal falló nuevamente a favor de la comunidad.

Otro hecho que fortaleció la organización comunitaria fue el intento de una municipalidad de aprobar dos licencias de exploración minera en el territorio ch’orti’. En estas concesiones se había incluido la Sierra del Merendón, donde convergen los principales recursos hídricos de la zona que abastecen de agua a varios municipios. Las comunidades locales resistieron y como resultado, los proyectos mineros no se materializaron.

Aunque la restauración de los territorios ancestrales ch’orti’ avanza, las comunidades indígenas siguen enfrentando agresiones a sus derechos, medios de subsistencia y recursos naturales por parte del gobierno y los grandes agricultores. Por ejemplo, algunos municipios persisten en negarse a registrar tierras a nombre de las comunidades indígenas. En el último año, las comunidades han presentado acciones legales contra 294 registros de fincas en su territorio.

Foto: COMUNDICH

En 2019, las mujeres propusieron tres caminos a seguir: la implementación de una política de reforestación en áreas comunales, principalmente donde se ubican las fuentes de agua; la creación de reservorios para garantizar el acceso de las familias al agua; y acciones continuas ante los tribunales de justicia para que legitimen los derechos de las comunidades indígenas y hagan responder a los actores pertinentes por el daño ambiental en los territorios indígenas.

En el caso de la comunidad de Oratorio, el alcalde del municipio utilizó una máquina para secar una laguna que abastecía de agua a las familias indígenas. Estas familias comenzaron a sufrir escasez de agua y se vieron obligadas a recolectar y transportarla desde una distancia de un kilómetro. Con el apoyo de la Global Alliance for Green and Gender Action (GAGGA) y COMUNDICH, la comunidad construyó un reservorio abastecido por las fuentes hídricas de una montaña a 2.2 kilómetros de distancia. Gracias al reservorio, la comunidad ha podido diversificar sus cultivos y plantar especies nativas que se adaptan mejor a la zona, lo que ha mejorado su dieta y optimizando el uso de la tierra. Estos huertos han ayudado a las familias a hacer frente a la escasez de alimentos durante la pandemia y ahora están planeando construir un nuevo reservorio que beneficiaría a más de 40 familias en esta comunidad, especialmente durante tiempos de sequía.

Foto: COMUNDICH

Hasta el día de hoy, la comunidad ch’orti’ continúa siendo atacada y criminalizada mediante desalojos forzosos, cortes de electricidad, campañas de difamación, amenazas y asesinatos de líderes comunitarios. El tener acceso al agua en sus hogares reduce el riesgo de que las mujeres sean agredidas física y psicológicamente cuando recolectan agua en lugares remotos.

A pesar de estos desafíos, las mujeres ch’orti’ continúan poniendo en práctica sus conocimientos ancestrales sobre la conservación y protección del agua y emprendiendo acciones legales que les otorgarán sus derechos sobre la tierra y garantizarán el acceso a sus fuentes de agua.

 

La red de mujeres indígenas mayas ch’orti’ y COMUNDICH cuentan con el apoyo del Fondo Tierra Viva, que forma parte de la red GAGGA.


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