En conversación con Wangũi wa Kamonji


Wangũi wa Kamonji es una investigadora independiente, bailarina, escritora y facilitadora enfocada en África, el conocimiento indígena y la tierra. Hace nueve años, después de aprender más sobre los efectos del colonialismo en sus clases de historia latinoamericana en la universidad, comenzó a explorar el conocimiento y la espiritualidad indígena. Este viaje la llevó a conectarse con ancianas y ancianos de diferentes comunidades de Kenia, quienes se reúnen para recordar y revivir sus prácticas indígenas, que han sido relegadas como resultado del colonialismo.

Wangũi tiene una maestría en estudios africanos con una especialidad en medio ambiente de la University College de Londres y formó un colectivo llamado Afrika hai, que investiga, se reconecta y comparte el conocimiento y las prácticas indígenas afrikanas con el propósito de regenerarlas. Wangũi pasa la mayor parte de su tiempo en Ongata Rongai, Kenia; escribe blogs en wangui.org; y tuitea desde @_fromtheroots.

 

¿Cómo se ven afectadas por el cambio climático las comunidades con las que trabajas?

En esta región, ya no damos por hecho [los patrones del] clima. Las temporadas agrícolas, la disponibilidad de alimentos y el agua se ven afectadas, especialmente para las personas que viven en las áreas más secas. Hay otras consecuencias para las personas que viven en las zonas más húmedas donde llueve tanto que hay deslizamientos de tierra.

Es necesario que haya cambios incluso dentro de las comunidades indígenas porque el clima está cambiando, por lo que debemos cambiar para alinearnos a una nueva normalidad de manera que podamos prosperar. Recuperar las tecnologías espirituales de orar por la lluvia, de bendecir la tierra, bendecir a la gente; todo esto contribuye a relaciones armoniosas.

[También debemos implementar] cambios tecnológicos con respecto a cómo organizar o diseñar las tierras de labranza para cultivar alimentos. En un lugar que está siendo afectado por deslizamientos de tierra, ¿cómo podemos repensar la manera en que estamos construyendo casas y asentamientos? ¿y cómo podemos fortalecer el suelo, ya sea que eso signifique plantar ciertos tipos de pastos o preparar terrenos con bancales? En los lugares secos, ¿cuáles son algunas de las tecnologías que podemos utilizar para la retención de agua? Por ejemplo, cavar zanjas, plantar más profundo, hacer brotar plántulas antes de plantar en lugar de plantar directamente.

Foto: Wangũi wa Kamonji

«¿Qué debemos ser para poder cambiar y apoyar ese cambio en las personas que nos rodean, así como en las ecologías que nos rodean? [Debemos] apoyar esas transformaciones internas para que podamos tener transformaciones externas

 

¿Cómo abordamos estos cambios?

Hay cambios tecnológicos materiales en lo que la gente está haciendo, pero siempre me preocupa cómo los introducimos, porque el modelo utilizado por muchas ONG y otros trabajadores del desarrollo ha sido un modelo de imposición. «Yo tengo la solución y tú no sabes [nada]». Básicamente sí, yo podría técnicamente tener la solución a un problema técnico, pero los problemas nunca son simplemente técnicos. Si tu problema es «la gente está construyendo asentamientos en las laderas y está lloviendo demasiado, lo que puede provocar deslizamientos de tierra, así que simplemente construiremos algunas terrazas», esa es una solución técnica y técnicamente funcionará muy bien, pero el proceso es mucho más importante que una terraza.

Si vas en la dirección opuesta y comienzas por apoyar a las personas para que ganen autonomía sobre sus vidas y su soberanía, entonces ellos tomarían las decisiones y podrían tener una solución diferente. «La gente está talando árboles porque necesitan combustible, así que mejor usemos estufas limpias». En realidad, tu visión puede ser muy limitada porque solo comprendes el problema a nivel superficial, pero cuando las personas recuperan la autonomía sobre sus propias vidas, sus visiones se expanden. Y dado que son ellas las que viven esas vidas, pueden contribuir visiones más amplias a su realidad. Tú puedes tener la solución técnica “correcta” pero aún puedes ser colonial en la forma en que compartes esa solución.

 

En tu artículo escribiste: “En el Norte Global, se ha vuelto más común afirmar que los pueblos indígenas tienen las soluciones a la crisis climática. Este tipo de discurso corre el riesgo de quedarse en palabras si las soluciones no reconocen ni apoyan materialmente el trabajo liderado por indígenas para reparar el daño a las culturas indígenas, no se comprometen con el resurgimiento indígena y no integran la sabiduría de los valores indígenas”. ¿Puedes reflexionar un poco sobre eso?

El conocimiento indígena tiene las soluciones para todo” [es una frase que] se ha puesto de moda, como la novedosa “sostenibilidad”. Sí, es cierto, pero hay que reconocer que el colonialismo ocurrió. Hay daños—si no al cuerpo de conocimiento indígena, ciertamente a sus poseedores. Los daños se encuentran en muchos niveles diferentes. Incluso [es difícil] reconocer que el conocimiento que tienes es valioso porque según el sistema colonial ese conocimiento no es conocimiento.

Las y los ancianos dicen siempre que se puede olvidar el conocimiento indígena pero nunca se puede perder porque es inherente a la tierra. El olvido también es parte del daño porque ¿quién lo recordará? [Entonces hay que] reunir a las y los ancianos para recordar y conversar. Este es uno de los trabajos más importantes que podemos hacer porque es un trabajo de sanación el reconocer que el colonialismo sucedió, reconocer cuáles fueron los impactos del colonialismo en el conocimiento indígena y en los portadores del conocimiento indígena. ¿Qué se necesita para curar eso? Destinar recursos a [este trabajo]. Es difícil porque estamos estancados.

Foto: Wangũi wa Kamonji

«No tendremos justicia climática, no tendrás justicia de género, si no estás también haciendo un trabajo de sanación. Porque todas estas formas de justicia […] tienen que ver fundamentalmente con cómo vivimos nuestras vidas y cómo interactuamos entre nosotros y con la tierra. Ya que todo es esencialmente a cerca de nuestras relaciones y estas han sufrido daños, necesitamos un trabajo de sanación para repararlas.» 

 

¿Qué tipo de apoyo material se necesita?

El modelo filantrópico más común es la dotación de recursos para proyectos con un cronograma determinado. Un proceso no se puede regir por un cronograma. El colonialismo no fue un evento; es un proceso que continua aun hoy en día. Hay un desequilibro si ese daño ha estado ocurriendo durante al menos 500 años se intenta contrarrestar con el financiamiento de un proyecto de sólo 3 años. Es necesario que haya una transición hacia apoyar materialmente procesos, personas y alianzas. Alianzas en solidaridad que realmente pretendan construir relaciones y sean transparentes a cerca de sus valores, sus premisas, sus deseos, porque a veces las personas asumen que no tienen otro papel que no sea dar dinero.

Es necesario proporcionar recursos para el trabajo de sanación y reparación y no conozco a muchas personas que lo hagan. No tendremos justicia climática, no tendrás justicia de género, si no estás también haciendo un trabajo de sanación. Porque todas estas formas de justicia no son técnicas, no tienen que ver con la geoingeniería del clima; tienen que ver fundamentalmente con cómo vivimos nuestras vidas y cómo interactuamos entre nosotros y con la tierra. Ya que todo es esencialmente a cerca de nuestras relaciones y estas han sufrido daños, necesitamos un trabajo de sanación para repararlas. Es de ahí que brotará la justicia; es un aspecto fundamental de la justicia

 

¿En qué estás trabajando ahora?

Me he tomado un descanso del trabajo público. He estado haciendo mucho trabajo interno y descansando para apoyar mi trabajo público. En cuanto mi trabajo público, estoy apoyando un colectivo que formé llamado Afrika Hai. Ese colectivo tiene un año, pero nuestra visión es que sea un nodo de confluencia o un registro, un espacio para que la gente recuerde, investigue el conocimiento indígena afrikano y lo comparta con la mayor cantidad posible de personas. Estamos descubriendo el tipo de personas que debemos ser para poder llevar a cabo ese trabajo de memoria en un espacio de África Oriental que todavía es muy colonial, que no recuerda o le cuesta recordar y valorar el conocimiento indígena.

Los acontecimientos de este año han profundizado la convicción en la necesidad de este tipo de trabajo. Se avecinan grandes cambios y ¿cómo nos vamos a preparar para eso? Sí, el clima, pero hay más. Todas estas áreas piden algo nuevo, algo diferente, un cambio. Entonces, ¿qué debemos ser para poder cambiar y apoyar ese cambio en las personas que nos rodean, así como en las ecologías que nos rodean? [Debemos] apoyar esas transformaciones internas para que podamos tener transformaciones externas

Estoy integrando mucho material a cursos y talleres que comenzaré a ofrecer a partir del próximo mes. Algunos de los temas incluyen el propósito de la vida, la justicia regenerativa y la improvisación del movimiento. También me estoy preparando para un curso con duración de un año que comenzará el próximo año llamado “Rejea: Recualificación radical para la regeneración”. Este curso es muy cercano a mi corazón, ya que ofrecerá un espacio para que las personas en África Oriental regresen a sí mismas y a la Tierra para que construyan una conciencia crítica del mundo y de su poder y puedan crear realidades regenerativas. También estoy trabajando en este momento en un zine sobre prácticas de cuidados regenerativos junto con mi compañera Tarini.

«Es necesario que haya una transición hacia apoyar materialmente procesos, personas y alianzas. Alianzas en solidaridad que realmente pretendan construir relaciones y sean transparentes a cerca de sus valores, sus premisas [y] sus deseos, porque a veces las personas asumen que no tienen otro papel que no sea dar dinero.»

 

¿Cuál es tu consejo para otras activistas medioambientales feministas sobre el cuido colectivo?

Con respecto al cuido colectivo, creo que una de las cosas más importantes que he aprendido es reinvitar a la integración. El yo es parte del colectivo y el colectivo está formado por muchos yos. Es posible que en nuestros viajes de sanación nosotras—las activistas, las personas que trabajan por la justicia y las que han sido lastimadas—aterricemos en cualquiera de los extremos: sólo cuidar al colectivo a expensas del yo o es posible que algunas personas solo se cuiden a sí mismas de manera individualista. Pero el volver a la danza de las dos cosas, cuidar del colectivo y del yo, es una invitación que me gustaría extender. Y más allá de eso, a volver a tejer una realidad donde cuidarnos a nosotras mismas sea cuidar del colectivo y cuidar del colectivo sea cuidar de una misma.

 

Puedes leer el trabajo de Wangũi en Open Global Rights, así como artículos de las otras becarias, Tarini Manchanda, Beatrice Tulagan y Vanessa Daza Castillo.


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