La historia del Río Mahakam en Indonesia: De ida y vuelta entre los bienes comunes y el extractivismo


Durante más de cien años, el segundo río más largo de Indonesia y los ecosistemas circundantes han sido concesionados a industrias extractivas. Diferentes partes del Río Mahakam en Kalimantan han sido cartografiadas, monetizadas y destinadas a satisfacer diferentes propósitos extractivos, como la tala, minería, industria, y asentamiento, entre otros. De 2009 a 2013, la cuenca del Mahakam perdió 128 mil hectáreas de bosque natural debido a la extracción de madera, la minería y los cultivos a gran escala.

Todos los días, balsas que transportan troncos de bosques vírgenes viajan a lo largo del Mahakam hacia las plantas de procesamiento, mientras que filas de barcazas transportan madera y carbón para ser enviados a otras partes del país, Asia y Europa. Estas actividades se remontan a los tiempos de la colonia y han crecido exponencial y sistemáticamente desde la independencia de Indonesia. Junto con la industria del gas y la minería, las actividades madereras se convirtieron en la principal fuente de ingresos para el régimen autoritario de Suharto y sus secuaces de 1965 a 1998.

El carbón se transporta por el río Mahakam las 24 horas del día. Foto: Senny Jatam.

Los efectos de la privatización en el río Mahakam

El río atraviesa la ciudad de Samarinda, un puerto comercial desde el siglo XVIII que creció junto con la industria extractiva. La administración local de Samarinda ha destinado más del 70 por ciento de las tierras municipales para la minería. La deforestación y la degradación del suelo, primero por la industria maderera y ahora por las excavaciones de la industria del carbón, han causado sustanciales niveles de erosión y sedimentación en el río, lo que ha agravado drásticamente las inundaciones. Desde noviembre de 2008 hasta junio de 2020, las aguas del río inundaron casi todos los rincones de la ciudad, cubrieron las carreteras principales e interrumpieron las actividades económicas—incluidos el transporte público y los mercados, donde trabajan principalmente vendedoras mujeres. Aproximadamente 50,000 personas se han visto afectadas por cinco o seis grandes inundaciones cada año.

La industria del carbón está afectando los medios de subsistencia y la salud de las familias, ya que las inundaciones aumentan los precios de los alimentos y destruyen casas, lo que representa una carga más pesada para las mujeres con respecto a sus labores económicas y domésticas. La minería también ha desplazado de sus tierras a familias dependientes de la agricultura y provocado la muerte de niños, que se han ahogado en pozos de carbón abandonados, de los cuales hay más de 200 en la zona. Cuando las madres exigen justicia al gobierno y a las empresas mineras, son objeto de intimidación.

Uno de los cientos de pozos de carbón abandonados en el norte de Samarinda, Kalimantan Oriental. Foto by Jatam Kaltim.

Según una investigación realizada de 2009 a 2011 por la Agencia Ambiental de Kalimantan Oriental, el río está gravemente contaminado. La organización de conservación, Fundación RASI, encontró una cantidad significativa de plomo y cadmio en el río; los pescadores y campesinos también afirman que el agua está contaminada con partículas de polvo y tiene mayores niveles de acidez; los pescadores de Samarinda tienen dificultades para trabajar porque las empresas madereras y mineras que ocupan el lecho del río han aumentado los niveles de sedimentación; un periódico local informó recientemente sobre muertes masivas de peces; y  algunos de los pescadores que cultivan peces en jaulas flotantes también se ven afectados por los barcos de transporte de carbón, que a menudo dañan las jaulas.

La respuesta de la compañía estatal de agua, Perusahaan Daerah Air Minum (PDAM), a los informes de contaminación fue aumentar el uso de productos químicos purificadores de agua, tales como como hipoclorito de calcio, carbonato de sodio, aluminio, sulfato, cloro y caolín. Si se consumen continuamente, estos productos químicos son cancerígenos. A pesar de las quejas de los usuarios, PDAM, que tiene un negocio enormemente rentable, utilizó la crisis del agua para duplicar sus ganancias al aumentar los precios durante las sequías.

La minería también ha contaminado los manantiales locales, lo que ha obligado a las mujeres a viajar distancias más largas para encontrar fuentes de agua más limpias. Dada la situación, las mujeres y sus familias tienen tres opciones: consumir agua de las minas abandonadas, construir sus propios pozos o comprar galones y/o tanques de agua. La primera opción significaría beber agua contaminada y las otras dos son costosas. Cavar un pozo puede costar el equivalente a una o dos veces el salario mínimo mensual en Samarinda. Muchas familias terminan teniendo que gastar casi un tercio de sus ingresos en galones de agua.

Los arrozales se han transformado en minas de carbón. Los campesinos caminan entre los pozos mineros en la aldea de Makroman, Samarinda. Foto by Siti Maimunah.

Las mujeres y los residentes de Samarinda se organizan para recuperar el río

Las mujeres y las generaciones más jóvenes que forman parte de la Red de Defensa contra la Minería (JATAM) de Kalimantan Oriental están luchando por sus derechos  en vista de la crisis del agua. JATAM le exige al gobierno que detenga la minería y comience a cerrar los pozos mineros abandonados para que Samarinda pueda comenzar a abordar su crisis socioecológica.

En 2011, un grupo de ONG, estudiantes, académicos y residentes locales—incluidas mujeres, campesinos y representantes de pueblos indígenas—se unieron para formar el Movimiento de Demandas de Samarinda (Gerakan Samarinda Menggugat, GSM), para entablar la primera demanda ciudadana en el sudeste asiático relativa al carbón, las inundaciones, el cambio climático y la muerte de niños en minas abandonadas. GSM llevó a los tribunales a los órganos gubernamentales locales, regionales y nacionales pertinentes por ser negligentes y por violar las leyes ambientales existentes. JATAM apoyó a GSM en la construcción de su caso al procurar las Evaluaciones de Impacto Ambiental de 63 empresas de carbón que se utilizaron como evidencia.

En 2014, los ciudadanos ganaron la demanda en el Tribunal de Distrito de Samarinda y los jueces dictaminaron que el gobierno había sido negligente en el cumplimiento de sus obligaciones en virtud de la Ley Ambiental de 2009, que establece que: “Toda persona tiene derecho a un medio ambiente adecuado y saludable como parte de sus derechos humanos”. Después de que el tribunal denegara la solicitud de apelación de los acusados, el gobierno apeló un caso ante la Corte Suprema, institución que determinó que el sistema judicial de Indonesia no reconocía la demanda ciudadana.

Los residentes de Samarinda continúan organizándose y luchando por su derecho al agua. En 2016, un grupo de activistas ambientales formó una comunidad y reclutó voluntarios para cuidar el río mediante actividades de limpieza y de reforestación, en la que se plantaron más de 9,000 árboles para restaurar la ribera. Las mujeres de Samarinda también establecieron un grupo de solidaridad para apoyar a las mujeres afectadas por la minería del carbón. El grupo visita las escuelas para educar a maestros y estudiantes sobre los 200 pozos de carbón abandonados que rodean la ciudad. El grupo de mujeres, así como un grupo de jóvenes llamado “Aksi Kamisan” o “Protesta los Jueves”, organizaron protestas periódicas para recordarle al gobierno los casos de violaciones a los derechos humanos sin resolver, la corrupción y los problemas ambientales.

La gente de Samarinda ha vivido durante mucho tiempo en un medio ambiente en deterioro y se ha visto obligada a adaptarse a las demandas del mercado global. Recuperar el espacio vital de los bienes comunes no es una tarea fácil: Tienen que imaginar qué tipo de transición se requiere para vivir al lado del río como un bien común, y aprender a unirse y obtener apoyo político para proteger su Río Mahakam.

 

Siti Maimunah es estudiante de doctorado y Marie Slodowska Curie es una becaria en la Universidad de Passau (Alemania), ambas colaboran en el proyecto “Bienestar, ecología, género y comunidad” (WEGO-ITN).

Sarah Agustiorini es activista e investigadora de una organización de mujeres llamada Tim Kerja Perempuan dan Tambang (TKPT) y de la ONG local JATAM East Kalimantan. JATAM es parte de Women in Action on Mining in Asia (Mujeres en Acción contra la Minería en Asia), que es una organización aliada de GAGGA.

Su historia apareció originalmente en la serie titulada “Reimaginando, recordando y recuperando el agua: Del extractivismo a los bienes comunes” coorganizada por Undisciplined Environments (Ambientes Indisciplinados) y FLOWs. Esta versión ha sido editada debido a su extensión.

Illustración por @Vidushiy.


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