«No vamos a comer eucaliptos»: Las mujeres Qom se organizan para preservar su territorio


El Chaco paraguayo es un territorio plano y árido cuya temperatura media oscila entre los 35 y 40 grados Celsius. La crisis climática ha provocado ciclos variados de sequías e inundaciones que afectan la disponibilidad de agua segura para consumo y producción.

Para hacerle frente a la escasez de agua y las enfermedades transmitidas por el agua de mala calidad, la comunidad indígena Toba Qom de Santa Rosa organizó hace siete años la construcción de un pozo artesanal de 75 metros de profundidad para acceder con regularidad al agua potable. Además, la comunidad preserva y reforesta la totora, una planta nativa que crece en estanques y recolecta agua de lluvia (llamados tajamares), y que las y los artesanos Qom utilizan para sus trabajos artesanales.

Al día de hoy,  sus reservas de agua corren el riesgo de volver a secarse. La ONG Fundación Paraguaya está plantando monocultivos de eucalipto en su territorio como parte del programa Semáforo de Eliminación de Pobreza, el cual busca eliminar la pobreza a través de las microfinanzas y el espíritu empresarial. En Paraguay, el gobierno a menudo promueve la reforestación con especies no nativas y nocivas, como el eucalipto, en nombre del desarrollo económico y rural; y lo etiqueta erróneamente como «logros» ambientales. En realidad, el monocultivo de eucalipto reemplaza los ecosistemas naturales y su rica biodiversidad para producir una sola materia prima, que en este caso es la pulpa.

El pueblo Toba Qom posee 2117 hectáreas de tierra, de las cuales la ONG utilizaría 20 para el monocultivo sin consulta o consentimiento previo, libre e informado de las comunidades. Las áreas cercanas a la comunidad ya han experimentado sequía y el agotamiento de las reservas de agua debido a este cultivo industrial, que consume un promedio de 85 litros de agua por día según el Centro Mundial Agroforestal. La Organización de Mujeres Artesanas de Santa Rosa, dedicada a defender la vida, los derechos colectivos y los derechos socioambientales, manifiestan que cinco de las ocho comunidades Toba Qom que viven en el territorio están en contra del proyecto.

«Nos oponemos a la plantación de eucalipto porque en el Chaco no tenemos mucha agua», dice Bernarda Pesoa, líder Qom y jefa de la Organización de Mujeres Artesanas de Santa Rosa. «Tenemos nuestros pozos artesanales, nuestras plantas frutales; y los eucaliptos van a dañar mucho el medio ambiente. No vamos a comer eucalipto; son un negocio más. Nos oponemos porque somos defensoras ambientales y esto solo será para el beneficio de 40 familias, no para toda la comunidad».

Estas plantaciones no pueden considerarse bosques porque no cumplen con las funciones de los bosques nativos genuinos en el ciclo de retorno de nutrientes al suelo. Los bosques ancestrales almacenan carbono durante siglos, mientras que las plantaciones de monocultivos de árboles son en realidad emisoras netas de carbono debido a la alteración del suelo y la degradación del ecosistema anterior.

El proyecto de reforestación ya ha talado algunos árboles y plantas ancestrales de la comunidad Qom que servían como fuente de alimento y sustento, lo que afecta el bienestar, soberanía en el territorio y autonomía de las mujeres indígenas de la comunidad. Muchas de ellas usan las semillas de dichas plantas nativas para hacer artesanía que venden. A ellas también les preocupa que, sí el eucalipto seca la tierra, ya no podrán sembrar totora en sus territorios, que usan como materia prima para la artesanía y que al mismo tiempo brinda un servicio ambiental.

En agosto de 2020, la Fundación Paraguaya se preparó para realizar el desmonte en territorio Qom mediante la quema y tala. Las organizaciones comunitarias Qom presentaron denuncias ante la Fiscalía Ambiental local y ante el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable, solicitando apoyo en este proceso. Sin embargo, la remoción del desmonte en el bosque por parte de la ONG se aceleró y las comunidades Qom, bajo el liderazgo de Bernarda, tuvieron que tomar acciones por mano propia.

Dos días de manifestaciones e interrupciones intermitentes en una vía local lograron una suspensión temporal de la plantación de eucaliptos y la creación de una Mesa de Diálogo en la sede central de la gobernación local entre instituciones públicas, representantes de las comunidades Qom y la Fundación Paraguaya. Dicha Mesa de Diálogo todavía no se concreta, pero la organización de Mujeres Artesanas de Santa Rosa se reunió con una ONG que trata temas ambientales para discutir las acciones conjuntas que podrían exponer el inmenso impacto que las plantaciones de eucalipto tienen en Paraguay.

En octubre de 2020, Bernarda fue víctima de violencia física en las tierras de su comunidad por un grupo de personas luego de que ella expresara su oposición frente al monocultivo. Los agresores, miembros de una comunidad vecina que apoyan el proyecto de la Fundación Paraguaya, según Bernarda, amenazaron con incendiar su casa y causarle más daños.

El 5 de agosto de 2020 en corte de la ruta Transchaco. Foto: Leticia Galeano.

La comunidad de Santa Rosa exige el retiro del proyecto y el cese definitivo de la plantación de eucalipto, y se dirige a los siguientes actores.

  1. Fundación Paraguaya
  2. Forestal Sylvis: parte de la red de empresas del Programa Semáforo de Eliminación de Pobreza que implementa proyectos de reforestación con especies de rápido crecimiento para la generación de madera de alto valor.

La comunidad exige a las siguientes autoridades que garanticen el cese definitivo de la plantación e investiguen de manera urgente el ataque contra las defensoras y les brinden protección.

  1. Municipio de Benjamín Aceval
  2. Ministerio del Ambiente de Paraguay (MADES)
  3. Instituto Indígena Paraguayo (INDI)
  4. Instituto Nacional de Bosques (INFONA)

 

La Organización de Mujeres Artesanas de Santa Rosa es socia del Fondo de Mujeres del Sur, quienes, a su vez, forma parte de la red Global Alliance for Green and Gender Action. Sigue a la Organización de Mujeres Campesinas e Indígenas Conamuri quienes trabajan con mujeres rurales de 12 departamentos en Paraguay, incluyendo a la comunidad Qom de Santa Rosa.

 

Illustración por @Naandeyeah.


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